Una vida contada desde la pérdida… la palabra y la reconstrucción.
Soy Germán A. DeLaRosa, escritor y sobreviviente. Mi obra nace del territorio más honesto del dolor humano, pero no se queda ahí.
A los 69 años, después de vivir entre Colombia, Israel y República Dominicana, comencé a escribir no porque tuviera respuestas, sino porque la vida me dio lecciones que nadie quiere aprender, pero que tal vez alguien necesite escuchar.
«No soy terapeuta ni académico.
Mi maestría ha sido el sufrimiento.
Mi universidad, la pérdida.
Y Mi Título: haber sobrevivido a lo que creí…
Insuperable».
Mi debut literario, Abrazando la Finitud, es el primero de una serie que explora territorios emocionalmente inexplorados: el duelo anticipado, la pérdida de fe, la supervivencia después de lo insuperable, y eso que la psicología llama “crecimiento postraumático”, pero que yo simplemente llamo aprender a vivir con el cuchillo clavado.
La serie continúa con El Dolor… Mi Gran Maestro, donde reflexiono sobre el potencial transformador del sufrimiento cuando no se le exige que se vuelva esperanza. Luego vienen los tres libros del Proyecto Trípode, una trilogía sobre evolución personal tras la pérdida: Nunca Dejes de Soñar, ¿Y Tú Qué Esperas?, y He Vuelto a Nacer.
También desarrollo Diálogos en el Silencio, una guía sobre cuidados paliativos y el derecho fundamental de los pacientes a saber y elegir, inspirada en las enseñanzas de Cicely Saunders y en mi propia experiencia al enfrentar sistemas médicos colapsados.
No soy terapeuta ni académico. Mi única maestría ha sido la experiencia vivida: emigrar, esperar, perder, hacer duelo, resistir y descubrir que es posible reconstruirse sin traicionar lo que se ha perdido.
«El tiempo no cura nada…
Solo te enseña a vivir con el cuchillo clavado.
Y a veces, eso es suficiente».
Escribo para quienes buscan compañía en la oscuridad, no promesas de luz prefabricada. Para quienes necesitan una honestidad feroz sobre los procesos reales del dolor, la pérdida y la lenta, a veces torpe, construcción de algo nuevo entre las ruinas.
Mis libros no prometen que todo va a mejorar. Prometen algo más verdadero: que no estás solo en la devastación, y que incluso cuando respirar duele, es posible seguir respirando.
Cada texto es un mapa emocional para territorios que nadie quiere visitar, pero que millones habitan en silencio. Escribo desde las cicatrices, para las cicatrices, con la convicción de que el primer paso hacia la sanación auténtica es nombrar el dolor sin adornos.
Hoy vivo en Santo Domingo, República Dominicana, donde ejerzo mi rol más luminoso: ser abuelo presente. Y desde allí sigo escribiendo sobre la extraña alquimia que convierte el sufrimiento en sabiduría.