«No hables de eso que trae mala suerte.»
Esta frase, repetida como mantra en millones de hogares, es una de las supersticiones más destructivas y extendidas de la humanidad. Es hora de llamar las cosas por su nombre… creer que hablar de muerte la «atrae» es una ignorancia monumental que nos está arruinando la vida.
Esta creencia no solo es científicamente absurda, sino psicológicamente tóxica. Mientras evitamos mencionar la única certeza que todos compartimos, nos convertimos en zombis emocionales, incapaces de procesar pérdidas, planificar nuestro futuro, o vivir plenamente el presente. Es hora de despertar de este estupor colectivo.
Las Raíces Psicológicas de Esta Estupidez Colectiva
El Pensamiento Mágico… Cuando los Adultos Actúan Como Niños
La base de esta superstición es el «pensamiento mágico”… La creencia infantil de que nuestras palabras pueden alterar la realidad de formas sobrenaturales. Es el mismo mecanismo mental que hace que un niño cierre los ojos para «desaparecer» o evite pisar las rayas del suelo para no despertar a los cocodrilos.
El problema es que muchos adultos nunca superaron esta fase. Siguen creyendo que pueden controlar el universo con rituales mentales, como si la muerte fuera una especie de Voldemort cósmico que aparece cuando pronuncias su nombre. Alerta de spoiler: no funciona así.
Esta ilusión de control es un mecanismo de defensa patético pero comprensible. Preferimos la fantasía de que podemos «controlar» la muerte a través del silencio que enfrentar la verdad incómoda… no tenemos control alguno sobre cuándo moriremos.
La Trampa del Sesgo de Confirmación
Aquí es donde la cosa se pone realmente ridícula. Cuando alguien habla de muerte y después pasa algo malo, nuestro cerebro hace: «¡AJÁ! ¡Lo sabía!» Pero cuando hablamos de muerte y no pasa nada (que es el 99.99% de las veces), simplemente lo ignoramos porque no confirma nuestra teoría conspiratoria personal.
Es como apostar a la lotería y solo recordar las veces que casi ganaste, convenciéndote de que tienes un «sistema». La diferencia es que con la lotería solo pierdes dinero; con esta superstición, pierdes la capacidad de vivir como un ser humano funcional.
Manifestaciones Culturales del Tabú
Eufemismos y Lenguaje Indirecto
Prácticamente, todas las culturas han desarrollado elaborados sistemas de eufemismos para evitar mencionar la muerte directamente. En español hablamos de «pasar a mejor vida», «descansar en paz», «partir», o «irse al más allá». En inglés se dice «passed away», «departed», o «gone to a better place». Estos sustitutos lingüísticos revelan la incomodidad profunda que genera la palabra «muerte» y sus derivados.
Los eufemismos no son meramente una cuestión de cortesía; reflejan una verdadera ansiedad lingüística. La palabra «muerte» se convierte en lo que los antropólogos llaman una «palabra de poder»: una expresión tan cargada de significado emocional que se considera peligrosa de pronunciar.
Rituales de Protección
Muchas culturas han desarrollado rituales específicos para «protegerse» después de hablar de muerte. Tocar madera, hacer la señal de la cruz, escupir tres veces, o decir «que no sea para nosotros» son ejemplos de estos comportamientos de defensas mágicas (destinados a alejar el mal). Estos rituales funcionan como válvulas de escape psicológicas, permitiendo que las personas hablen del tema tabú mientras sienten que han tomado medidas para protegerse de sus supuestas consecuencias.
Variaciones Culturales
Aunque el tabú es universal, sus manifestaciones específicas varían significativamente entre culturas. En algunas sociedades asiáticas, el número cuatro se evita porque suena similar a la palabra «muerte». En México, el Día de los Muertos representa una aproximación más directa y conmemorativa hacia la muerte, aunque esto convive con tabúes en contextos cotidianos. En culturas occidentales modernas, el tabú se ha patologizado: la muerte se ha trasladado de los hogares a los hospitales, creando una distancia física y emocional del proceso.
Cómo Esta Superstición Nos Está Jodiendo la Vida
Ansiedad Existencial: El Monstruo que Alimentamos con Silencio
Cuando evitamos sistemáticamente hablar de muerte, no la hacemos desaparecer. La empujamos al sótano de nuestra mente, donde se convierte en un monstruo que devora nuestra paz mental desde las sombras. Esta «ansiedad existencial no procesada» se manifiesta como esa sensación constante de que algo terrible va a pasar, sin saber exactamente qué.
Es como tener una bomba de tiempo en casa pero negarse a mirarla. El tic-tac no desaparece porque cierres los ojos; solo te vuelve loco más lentamente.
Cuando Llega la Muerte Real: Total Desamparo
Aquí es donde la superstición cobra su precio más cruel. Lo viví en carne propia cuando murió Sharon. Después de décadas evitando hablar de muerte como si fuera una maldición, me encontré completamente desarmado ante su pérdida. Es como tratar de manejar un auto después de negarte a aprender durante 40 años.
Toda mi familia, educada en el mismo silencio enfermizo, se quedó muda ante la tragedia. No teníamos palabras para consolarnos, ni herramientas para procesar el dolor. Nos mirábamos entre nosotros como zombis emocionales, sin la menor idea de cómo navegar el duelo, las decisiones sobre el funeral, o simplemente cómo hablar de lo que había pasado sin sentirnos como si estuviéramos cometiendo un sacrilegio.
El tabú que supuestamente nos había «protegido» durante años nos dejó indefensos exactamente cuando más lo necesitábamos. Sharon había muerto, y nosotros no sabíamos ni cómo estar muertos en vida.
Impacto en la Toma de Decisiones
La evitación del tema muerte también afecta decisiones prácticas importantes. La planificación testamentaria, los seguros de vida, las directivas médicas anticipadas, y otras preparaciones para la muerte se postergan indefinidamente, creando cargas adicionales para los sobrevivientes.
La Ciencia Dice: Están Todos Equivocados
Lo Que Realmente Funciona (Espóiler: Es lo Contrario)
La investigación científica es contundente y humillante para quienes viven en esta fantasía: las personas que pueden hablar abiertamente sobre la muerte viven mejor, sienten menos ansiedad, y manejan las pérdidas de manera más saludable. Básicamente, todo lo contrario de lo que predice la superstición.
No es magia, es lógica básica: si practicas algo, te vuelves mejor en eso. Si evitas algo durante toda tu vida, obviamente vas a ser pésimo cuando tengas que enfrentarlo. ¿Sorprendente? Solo para quienes creen en cuentos de hadas.
El Concepto de «Muerte Consciente»
Los movimientos de «muerte consciente» o «death positive» que han surgido en las últimas décadas proponen una relación más directa y menos temerosa con la mortalidad. Estos enfoques no niegan el dolor natural de la pérdida, pero sí cuestionan los tabúes culturales que dificultan el procesamiento saludable de la muerte como parte integral de la vida.
Cómo Salir de Esta Estupidez
Paso 1: Acepta que Has Estado Creyendo en Tonterías
El primer paso para salir de cualquier adicción es reconocer que tienes un problema. En este caso, el problema es que has estado viviendo como si fueras un personaje de una novela de realismo mágico, donde las palabras tienen poderes sobrenaturales.
La muerte es un proceso biológico, no un demonio que responde a invocaciones. Tu conversación sobre la mortalidad de tu abuela no tuvo más influencia en su destino que hablar del clima en Marte.
Paso 2: Desarrolla un Vocabulario de Adulto
Deja de hablar como si fueras un niño de cinco años que acaba de descubrir que existe la muerte. «Pasó a mejor vida», «se fue al cielo», «está descansando» son eufemismos que te mantienen en una burbuja infantil.
Practica decir: «murió», «está muerto», «va a morir». Son palabras, no hechizos. No va a pasar nada apocalíptico si las pronuncias.
Paso 3: Conversaciones Graduales (Pero Reales)
No tienes que convertirte en un fanático de la muerte de la noche a la mañana, pero puedes empezar a normalizar el tema gradualmente. Habla de la muerte de personajes ficticios, de figuras históricas, de noticias. Aprende a discutir el tema sin entrar en pánico como si hubieras invocado al diablo.
Rituales de Significado
Desarrollar rituales personales o familiares que honren la memoria de los fallecidos sin evitar la realidad de su muerte puede ser tremendamente sanador. Estos rituales pueden combinar el reconocimiento directo de la pérdida con la celebración de la vida vivida.
Reflexiones Finales: Es Hora de Crecer
Esta superstición es comprensible desde una perspectiva evolutiva: nuestros ancestros con miedo extremo a la muerte sobrevivían más. Pero vivimos en 2025, no en cuevas. Es hora de evolucionar psicológicamente también.
La muerte no es el enemigo de la vida… Es parte del paquete. Al aprender a hablar de ella sin histeria colectiva, no solo dejamos de vivir como niños asustados, sino que desarrollamos la capacidad de vivir plenamente conscientes de nuestra finitud.
Hablar sobre la muerte no la atrae; nos libera del miedo paralizante que genera vivir en negación. Nos permite tomar decisiones inteligentes, procesar pérdidas de manera saludable, y vivir el presente sin la ansiedad constante de quien vive huyendo de una realidad inevitable.
La elección es tuya… puedes seguir viviendo como un personaje de cuento de hadas, creyendo que tus rituales mágicos te protegen de la realidad, o puedes empezar a vivir como un adulto funcional que entiende que la conciencia de la muerte es lo que hace la vida preciosa.
Porque al final, la verdadera tragedia no es morir. La verdadera tragedia es desperdiciar la vida que tienes por miedo a nombrar su final.
Germán A. DeLaRosa -Autor –
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